La tierra del invernadero es una cuna fértil para que los pepinos echen raíces y crezcan. Cada centímetro de tierra ha sido cuidadosamente preparado y mejorado. Se selecciona la parte más suelta, fértil y bien drenada de diversos tipos de suelo, y luego se añaden abundantes materiales orgánicos, como compost descompuesto y turba, como tesoros. Estos materiales orgánicos son como polvos mágicos, que otorgan al suelo una capacidad excepcional para retener agua y fertilizantes, permitiendo que las raíces de los pepinos se estiren libremente y absorban nutrientes.
La fertilización es un trabajo científico y riguroso. Antes de plantar pepinos, el fertilizante base es como un tesoro de nutrientes enterrado profundamente en el suelo. Diversos fertilizantes, como fertilizantes orgánicos, fertilizantes de fósforo y fertilizantes de potasio, se combinan entre sí para sentar las bases sólidas para el crecimiento de los pepinos. Durante el crecimiento de los pepinos, el sistema de riego por goteo es como un pequeño jardinero diligente, que suministra continuamente la "fuente de la vida": el abono de cobertura. El fertilizante nitrogenado, el fertilizante compuesto y el fertilizante de oligoelementos se suministran con precisión a las raíces de los pepinos a través del sistema de riego por goteo, asegurando que puedan recibir un suministro equilibrado de nutrientes en cada etapa de crecimiento. Este excelente esquema de fertilización no solo asegura el crecimiento saludable de los pepinos, sino que también evita los problemas de salinización del suelo que puede causar la fertilización excesiva. Es como una danza cuidadosamente coreografiada, donde cada movimiento es perfecto.
Hora de publicación: 11 de noviembre de 2024